Bueno, eso creía yo. De algún modo u otro siempre acaban siendo una locura aunque yo intente lo contrario, y mientras escribo esto ya he mandado a pedir mis piernas de repuesto, se me quedaron por el camino en el fin de semana.
(Agradecimientos al chino por ponerse delante)
Empezaré como en la historias:
Todo comenzó un bonito y soleado sábado por la mañana cuando decidí ir a Londres con mi novio. Tras el reencuentro (bonito, como siempre) decidimos ir a desayunar y luego seguir nuestra ruta para llegar a nuestro Bed & Breakfast. Bueno, ahora que recuerdo, fuimos a Primark porque necesitaba algunas cosas, creo que no hace falta aconsejar que no lleven a sus chicos a estas tiendas porque se desesperan con una gran facilidad que tienes que terminar las compras lo más rápido posible. Ya instalados empezó nuestro sábado planeado para hacer pocas cosas y así aprovechar el día (ERROR, nuestro karma nos jugó en contra). Comenzamos por Canary Wharf, la zona de negocios de Londres, realmente parece que estás en Nueva York rodeada de inmensos y preciosos edificios. Al ser sábado estaba muy silencioso, no me quiero imaginar un día entre semana.
Seguimos hacia el British Museum, a quien le interesa la historia le gustará mucho, a mí me hacía ilusión enseñarle a mi novio las momias y los sarcófagos porque son impresionantes pero no contaba con que había que pagar para verlas, así que no las vimos y seguimos visitando el museo. Y para comer nos fuimos a Leicester Square, la verdad que comimos de maravilla y nos relajamos por un ratito, ya que estabámos allí le enseñé a mi novio el M&M Store, que le dio exactamente igual, y nos fuimos a Harrods. Después de sentirme realmente pobre aprovechamos para ir a Zara, una tienda que nos podemos permitir aunque aquí todo cuesta el doble. Y ya casi se acababa nuestro día, eran las 7 de la tarde y decíamos ir a descansar al Tower Bridge mientras se hacía de noche, ¡quería ver el Tower Bridge de noche!
Llegamos a una de las estaciones en las que teníamos que hacer el cambio cuando ¡oh, está cerrada! Pues después de cambiar tres veces de metro para llegar a la línea que nos conecta en tres paradas con el Tower Bridge (Westminster Station) nos damos cuenta que también está cerrada. Otra vez cambiamos de estación, infinitas veces, para llegar a la más próxima y caminar como 20 minutos, ya era absolutamente de noche, y llegar hasta el puente. Cuando por fin llegamos necesitábamos un café urgentemente pero como no, Starbucks estaba cerrada así que nos sentamos en el banco, tres fotos de rigor y vuelta para casa. Obviamente no se puede disfrutar de algo si tu cuerpo y tu mente están en otro lado. Como la estación de tren estaba cerrada tuvimos que caminar 10 minutos hacia la estación más próxima para hacer un cambio de metro. Agradecí llegar y poder descansar del día tan estresante.
Y llegó el domingo, y decidimos no hacer absolutamente nada que nos quitara energía. Eso sí, queríamos pasar un domingo con buenas vistas así que nos fuimos a Kensington Gardens, precioso lugar para tirarnos al césped y desayunar. Pasamos dos estupendas horas viendo el lago con cisnes, patos, cuervos además del palacio real y sus jardines, un domingo muy muy soleado y yo, como no, otra vez llevaba dos abrigos de más (Nunca entenderé el tiempo inglés).
Queríamos hacer algo más, algo que nos permitiera estar muy relajados y tener tiempo para estar juntos, no sabíamos el qué, y pensando nos fuimos hasta Westminster, compramos nuestros tickets, y directos al London Eye. Era mi segunda vez ahí pero las vistas siempre merecen la pena, aunque esta vez creo que de noche tendrá que ser alucinante. Mi novio sigue sin creerse que se tarde 30 minutos en dar la vuelta porque el tiempo se pasa verdaderamente rápido.
Tiempo después, decidimos quedarnos por ahí porque había entretenimiento.Yo encontré uno muy rápido cuando vi en un cartel que decía que estaban permitidas TODAS las edades. ¡Hola carrousel! Sentí que estaba en mi infancia otra vez jajaja entre risas y risas, allí que me monté y di mis vueltas.
Y, después de las despedidas, fin del domingo y del fin de semana. Creo que empieza otra vez la cuenta atrás, aunque esta vez todo está por definirse.
Llegamos a una de las estaciones en las que teníamos que hacer el cambio cuando ¡oh, está cerrada! Pues después de cambiar tres veces de metro para llegar a la línea que nos conecta en tres paradas con el Tower Bridge (Westminster Station) nos damos cuenta que también está cerrada. Otra vez cambiamos de estación, infinitas veces, para llegar a la más próxima y caminar como 20 minutos, ya era absolutamente de noche, y llegar hasta el puente. Cuando por fin llegamos necesitábamos un café urgentemente pero como no, Starbucks estaba cerrada así que nos sentamos en el banco, tres fotos de rigor y vuelta para casa. Obviamente no se puede disfrutar de algo si tu cuerpo y tu mente están en otro lado. Como la estación de tren estaba cerrada tuvimos que caminar 10 minutos hacia la estación más próxima para hacer un cambio de metro. Agradecí llegar y poder descansar del día tan estresante.
Y llegó el domingo, y decidimos no hacer absolutamente nada que nos quitara energía. Eso sí, queríamos pasar un domingo con buenas vistas así que nos fuimos a Kensington Gardens, precioso lugar para tirarnos al césped y desayunar. Pasamos dos estupendas horas viendo el lago con cisnes, patos, cuervos además del palacio real y sus jardines, un domingo muy muy soleado y yo, como no, otra vez llevaba dos abrigos de más (Nunca entenderé el tiempo inglés).
Tiempo después, decidimos quedarnos por ahí porque había entretenimiento.Yo encontré uno muy rápido cuando vi en un cartel que decía que estaban permitidas TODAS las edades. ¡Hola carrousel! Sentí que estaba en mi infancia otra vez jajaja entre risas y risas, allí que me monté y di mis vueltas.
Y, después de las despedidas, fin del domingo y del fin de semana. Creo que empieza otra vez la cuenta atrás, aunque esta vez todo está por definirse.